Las condiciones que tienen nuestras plantas dentro de los espacios de nuestras casa u oficinas no siempre son los adecuados para ellas. Corrientes de aire, calefacción, poca luminosidad o problemas con el riego son frecuentes y las afectan de distintos modos. Puede haber amarillamiento en las hojas, caída de ellas, muerte de flores o brotes, falta de vigor y desarrollo.
A continuación comentamos algunos factores que pueden ser manejados de manera sencilla y que tendrán un impacto sobre tus plantas:
Luminosidad
La falta de luz es una de las razones habituales que hacen decaer a las plantas.
No todas tienen los mismos requerimientos lumínicos, pero quienes necesiten alta luminosidad y estén ubicadas en sectores o zonas sombrías, sin duda demostrarán un decaimiento. La respuesta general de las plantas a la falta de luz es el crecimiento en búsqueda de ella, por lo que se estiran y alargan sus tallos. Además, es común que las hojas se pongan de un tono verde claro o derechamente amarillo.
El exceso de luz también puede transformase en un problema, hay que tener en cuenta que existen algunas especies que no toleran el sol directamente, en general la luz difusa es una de las mejores alternativas para las especies que se han adaptado a los espacios interiores.
Humedad
El agua es un elemento básico para la vida. Las plantas tienen en un gran porcentaje de agua en sus estructuras (algunas más, otras menos), por lo que no es extraño que la falta o el exceso les generen problemas.
¿Qué es lo más común? el exceso de agua.
Es importante evitar que el sustrato o la tierra se mantenga húmeda permanenteme. Haciendo un balance, son mas las plantas que mueren por exceso de agua que por falta de ella. Para evitar esto hay que regular la frecuencia de riego.
La pregunta es: ¿cuando o cada cuánto regar?
La respuesta es sencilla: solo hacerlo cuando el sustrato esté seco o tenga muy poca humedad. Seguramente en época de verano el riego será más seguido y en períodos de otoño e invierno mas distanciado.
Como consejo, siempre preferir macetas que tenga drenaje, por donde puedan salir los excesos o el agua sobrante del riego. Para medir el nivel de humedad del sustrato escarbar con los dedos los primeros 3 o 4 centímetros.
Temperatura
Los cambios bruscos de temperatura o las corrientes de aire son otro problema habitual para las plantas de interior, que suponen con frecuencia la pérdida de sus hojas.
Ya sabemos que estas plantas se encuentran cómodas dentro de cierta rango térmico (normalmente entre los 15 y 25ºC), aceptando algo de variabilidad entre el día y la noche o entre el invierno y el verano, pero no les gustan los cambios muy pronunciados.
Los calefactores o el aire acondicionado son factores importante a tener en consideración. Su proximidad puede generar problemas. No así los ventiladores, las plantas pueden tolerar de buena forma el movimiento del aire a su alrededor.
Nutrientes
Todo sustrato tienen una cantidad acotada de nutrientes disponibles para que las plantas los extraingan con sus raíces. Cuando se comienzan a agotar, existen deficiencia. Ésta se pueden manifestar de distintas formas, como son la falta de vigor, detención del crecimiento, decaimiento general, escasa floración, amarillamiento en hojas, entre otros.
Es una buena práctica (y necesaria) reponer estos nutrientes, lo que conocemos como fertilizar. Existen distintas alternativas en el mercado, es importante buscar algún producto que entregue una gama amplia de elementos y preferir estas alternativas antes de los productos que entregan sólo 1 o 2 nutrientes.
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