Espatafilo, cuna de Moisés

Nombre científico: Spathiphyllum wallasii

Nombre común: Espatafilo, cuna de Moisés, bandera blanca, garza, flor de la paz, lirio de la paz.

Familia: Araceae

Origen: América tropical

Descripción: Planta siempre verde, hoja perenne. Lo mas llamativo es su flor. No debe ubicarse cerca de corrientes de aire, evitar aire acondicionado y la calefacción.

Tamaño: 30 a 60 cms.

Floración: Blancas de buen tamaño, la floración puede mantenerse todo el año, aunque lo común es que se produzca durante primavera y verano, cada flor tiene una duración de 10 a 14 dias, y una planta puede tener varias flores al mismo tiempo, lo que aumenta su valor ornamental.

Ubicación: De preferencia lugares iluminados para favorecer la floración, evitar pleno sol o sol directo. Puede mantenerse en sectores poco iluminados sacrificando la floración.

Sustrato: De preferencia livianos, que drenen bien y no se compacten, que permitan el desarrollo del rizoma y sus raíces. Puede contener turba, fibra de coco, perlita. Evitar sustratos con materia orgánica sin descomponer o en proceso, favorecerá la pudrición de las raíces de la planta.

Riego: Mantener el sustrato ligeramente húmedo sin encharcar durante período de floración, en invierno permitir que seque la primera capa del sustrato antes de volver a regar.

Fertilización: Para favorecer floración, utilizar productos con mayor contenido de fósforo que nitrógeno. Fertilizantes específicos para plantas de flor serán útiles, respetar dosis y frecuencia especificada por el fabricante.

Poda: De limpieza, eliminar hojas secas. Generalmente se mantiene la estructura natural sin intervenir mayormente.

Plagas y enfermedades: Pulgón en periodo estival, ácaros, mosca blanca.

Propagación: Por división del rizoma.

Otro: el espatifilo es que es una planta purificadora –de hecho es una de las cinco seleccionadas por la NASA como las mejores para purificar el aire–. Esto la hace ideal para el interior de tu casa, pero también para tenerla en la oficina junto a tu computador. Además de absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno a través de la fotosíntesis, también ayudan a eliminar contaminantes orgánicos como el benceno, formaldehído y tricloroetileno.